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Una sopa para el diablo

Una interesantísima y amena columna del doctor Alberto Santofimio Botero, sobre el expresidente Alberto Lleras Camargo, me hizo recordar un pequeño libro de anécdotas y conceptos, sobre distintos personajes de la política colombiana: Una sopa para el diablo, que escribió el doctor Carlos E. Obando Velasco (q.e.p.d), quien ocupó muchísimos cargos públicos, dentro de los que destaco el de gobernador del Cauca y el de ministro de obras públicas y quien fue baleado por haber respaldado la coartada de Alberto Jubiz Hazbún, un químico barranquillero a quien se acusó falsamente de ser el asesino material de doctor Luis Carlos Galán Sarmiento y lo hice para recordar algunos comentarios de Obando sobre el doctor Lleras Camargo.

https://www.elcronista.co/destacadas/el-alberto-lleras-camargo-que-yo-conoci

Al abrir el libro, al rompe, me encontré con una anécdota suya que les quiero compartir, pues el libro es muy difícil de conseguir, debido a que su primera edición fue recogida por alguien, a quien, al parecer, le molestaron las denuncias que consigna su último capítulo, en el que su autor cuenta los detalles sobre el atentado a balazos del que fue víctima, por haber declarado a favor Alberto Jubiz Hazbún y no haber accedido a retractarse de su declaración, atentado en el cual perdió un ojo y ello, en mi sentir, porque esa anécdota contribuye en cierta medida a la Paz.

Cuenta Obando Velasco que siendo gobernador del Cauca, citó a una reunión de gobernadores indígenas paeces y solo hubo un solo discurso, “…el de Yasnó, el inspector, hermano del gobernador del resguardo en Páez…cuyo texto es una cátedra de oratoria y de evocación a la paz”: “ …Señor gobernador, los paeces aquí reunidos estamos necesitados de la paz y queremos la paz.  La necesitamos y queremos porque sufrimos la guerra; hace algunos años llegó aquí un grupo de gente que tenía como bandera un trapo rojo y mató once de los nuestros” Y volteándose hacia los indígenas dijo: “…Que se pongan de pies los padres, abuelos, las madres, los hermanos y los parientes de los once muertos por un trapo rojo”, y silenciosamente toda la comunidad se puso de pies, volviéndose a sentar en silencio; y continuó Yasnó:  “ …y días después llegó otra tropelía de gente con un trapo azul como bandera y mató a dieciocho” y repitiendo la escena dijo: “…que se pongan de pies los abuelos, los padres, las madres, hermanos  y parientes  de los dieciocho muertos por un trapo azul” y los paeces volvieron a ponerse silenciosamente de pies, sin un gesto de angustia  y sin decir una sola palabra, y al volverse a sentar en el prado continuó el orador: “…¿y sabe una cosa señor gobernador? Esos veintinueve muertos nuestros están enterrados aquí debajo de donde nosotros estamos, “…¿y sabe una cosa señor gobernador?; esos veintinueve muertos nuestros no tienen color, por eso señor gobernador queremos y necesitamos la paz.” Calló Yasnó, callaron todos; el más grande silencio de mi vida lo oí entonces y adquirí el más grande compromiso conmigo mismo y con mi país: no ser jamás sectario, no permitir el sectarismo y buscar la paz en todas formas…Narré esta experiencia al presidente Lleras Camargo y estoy seguro de que él y yo silenciosamente lloramos juntos.”

Y refiriéndose al presidente, Eduardo Santos, al abuelo de falso Nobel, afirma que éste no “…entendía y no lo entendió de buena fe, ninguna razón para la lucha social en Colombia; la misma violencia no la relacionó con circunstancia alguna de carácter social, pues para él había tenido tan solo una causa política, nacida de la intransigencia y fanatismo de los dirigentes.”

Y luego de criticar duramente la corrupción del gobierno de César Gaviria, el autor expresa: “…De todas maneras la corrupción ha existido desde siempre, pero es indudable como en los tres últimos gobiernos » ─Gaviria, Virgilio Barco y Belisario Betancur─  «…esa ha adquirido dimensiones insospechables; creo que lo denunciado hoy es apenas una consecuencia  de lo existente antes, crecido al máximo por la politización de las entidades investigativas, a cuyos jefes solo les interesa dramatizar sus actos  y buscar protagonismo…pero creo  que seguir desprestigiando al sistema, que mal que bien tiene visos de democracia, es delito de lesa patria…y qué decir de fiscales, procuradores y contralores culpables de complicidades? ¿qué de los jueces parcializados? ¿y qué de militares corruptos?, sin embargo ello no quiere decir que todos lo sean.”

Los políticos no pueden seguir invitando a la guerra, ni a la lucha de clases ni a la formación de primeras líneas delincunciales y violentas, para ganar las elecciones.

Los políticos y los dirigentes colombianos deben propugnar porque el candidato que nos presenten sea un colombiano ejemplar, alguien que se distinga por no anteponer sus interés personales y los de sus amigos, a los altos intereses de la República, que se niegue a auxiliar comerciantes e industriales amigos, a quienes debe mantener lejos de la cosa pública y que solo le interese trabajar duro por los intereses de todos los colombianos y muy especialmente por los de las clases menos favorecidas por la fortuna.

Y por lo anterior, no debemos abrazar los trapos rojos de las FARC o de PETRO que es lo mismo, ni los de quienes, para alcanzar sus fines politiqueros, siembran y promueven el odio entre los colombianos y dan lo mejor de sí para que se agudice la lucha de clases y el accionar violento de su cuadros, para que haya más muertos en beneficio de sus hordas de maleantes y en favor de los intereses del comunismo internacional.

No somos enemigos  de un socialismo como los que imperan en Dinamarca o Suecia, en los cuales los más pobres gozan de LIBERTAD y unas vidas, más que dignas, nos oponemos férreamente al comunismo criminal, al promovido por la Habana a través de la Farc y de Petro, al comunismo del despojo y de la violencia, al comunismo del narcotráfico, al de la corrupción, al de la violación de menores, al comunismo donde los pueblos bajo su yugo ─ Cuba, Venezuela y Nicaragua─ carecen de comida, de salud y de justicia, mientras permanecen sometidos a las represiónes más salvaje y para la muestra un botón: pues  para las marchas que el movimiento Patria y Vida promueve en la isla, Raúl dio la orden a los “revolucionarios” de moler a palos a los marchantes pacíficos y el Tribunal Municipal de San José de las Lajas, profirió sentencia de 10 años de prisión contra Roberto Pérez Fonseca, por haber quemado una foto de Fidel Castro.

En Colombia, por el contrario, a la mujer que formaba parte de un reten montado por la primera linea, en el que cayó un policia indefenso, a quien ésta torturó, quemó vivo con ácidos y luego lo baleó para tirar su cadáver al Río Cauca, la juez Colombiana la envió para su casa, tal vez porque tiene unos hijos que educar en la violencia y la criminalidad, más salvajes.

https://diariodecuba.com/derechos-humanos/1634726604_34928.html

¡Si votáis por Petro no eligiereis a un presidente sino a un salvaje como tu propio carcelero, por lo menos, por lo que te resta de vida!

¡Dios salve a Colombia de los demonios!