¿Tuvo la Universidad de Medellín, en el primer trimestre del 2021, las peores pérdidas económicas de su historia, por la pésima gestión del rector Federico Restrepo Posada?
Como se recordará el ex rector Néstor Hincapié Vargas, quien llevaba cerca de 20 años al frente de la rectoría de nuestra casa de estudios, un largo periodo para mi gusto, se vio forzado a renunciar a su cargo, cuando la fiscalía le imputó cargos por falsedad ideológica en documento público, materializada ésta en el diploma de abogado que el ex rector le otorgó al tristemente célebre y muy cuestionado senador Julián Bedoya Pulgarín, sin que aún se la haya demostrado al ex rector que el irresponsable e ilegal otorgamiento de ese título, hubiere sido el producto de una permuta con el senador Bedoya, quien, a cambio de dicho título de abogado, se habría comprometió a apoyar, con 5.000 votos de sus huestes, la elección de Aura Marleny Arcila Giraldo como concejala de Medellín, como alguien, al parecer, lo denunció.
Desde que asumí como consiliario de la Universidad de Medellín, en febrero del año pasado, cargo al que llegué para luchar, conjuntamente con los consiliarios Edgar Arrubla Cano y Joaquín Guillermo Gómez Giraldo, contra la corrupción que venía reinando en el claustro, prometí que mantendría informada a la comunidad universitaria sobre lo que sucediera en nuestra “Alma mater”, en el caso de que se presentaran hechos lo suficientemente graves para ponerlos en conocimiento del común y así lo he hecho, desde ésta columna.
Se recordará también que por las razones que expuse en uno de mis artículos, como consiliario, en el momento de elegir a un nuevo rector, no voté por el doctor Federico Restrepo Posada, por los cuestionamientos que sobre su gerencia en EPM, le hizo la concejala María Paulina Aguinaga Lezcano, cuestionamientos para los cuales, según se me informó reciente y detalladamente por fuente que me reservo, el doctor Restrepo tiene explicaciones plausibles, las que, por el momento y por razones que lleva in pectore, no ha querido hacer públicas y adicionalmente me opuse a su elección no porque dudara de su formación y capacidades, sino porque estaba convencido de que su escogencia por el cazatalentos había sido amañada, sucia, duda que me incrementó posteriormente una columna de Nacho titulada Jugada maestra, en la que, en lo pertinente se lee: En una genial jugada del mejor ajedrez político, el grupo del exrector de la Universidad de Medellín, Néstor Hincapié Vargas, fue el gran ganador este jueves 18 de noviembre durante la elección como rector del fajardista Federico Restrepo Posada, quien obtuvo un amplio respaldo de ocho de los once miembros de la Consiliatura de este claustro universitario. La designación de un fajardista, que no estaba en los cálculos de nadie, sino en la mente de Hincapié Vargas, junto a la increíble alianza del gobernador Aníbal Gaviria con el uribismo, en la nueva coalición en la Duma seccional, se constituyen en las dos grandes novedades de la picaresca pública en este territorio. Alta política.”, pues de ella se colige que Hincapié, un genio político, se ufanaba de un nuevo engaño a la comunidad universitaria. Hoy en día, tengo que reconocer que estaba totalmente equivocado, en mi apreciación.
Elegido éste y no el candidato de nuestro grupo de oposición, escribí una fuerte columna en contra del doctor Restrepo Posada, pero, al final de ella, prometí lo siguiente como consiliario: “El entrante rector podrá contar, en lo porvenir, con toda mi colaboración en lo que emprenda para beneficio de la Universidad y con mi oposición y critica acérrima, en todo lo que realice o pretenda llevar a cabo en contra de los fines del claustro.”
Hoy en día, tengo que reconocer públicamente que estaba totalmente equivocado en mis juicios contra el doctor Federico Restrepo Posada, quien, para mi sorpresa y para la de los consiliarios que me acompañan, ha venido trabajando intensamente desde su posesión y de manera absolutamente transparente e independiente por el engrandecimiento de la Universidad, como ya lo había reconocido en otra de mis columnas.
Pero esa independencia, los nombramientos que ha realizado y las decisiones que ha adoptado, pensando únicamente en el bien de la Universidad y el no haberse arrodillado a los inconfesables intereses de Néstor Hincapié Vargas y de su grupo politiquero, le pasó factura y por ello el periodista de ese grupo político viene desinformando a la comunidad con mentiras, para desprestigiarlo sin razón y dar al traste con una buena administración.
Hay hechos y logros muy positivos que deben resaltarse de la excelente gestión que viene adelantando el doctor Federico Restrepo Posada y su grupo de colaboradores, pero, por elegancia, me abstengo de mencionarlos, porque esos méritos y esos logros no son míos sino de la nueva administración y, por lo tanto, considero que es a ésta, a la nueva administración, a la que le corresponde informarle a la comunidad sobre ellos, pero, por el momento, quiero dar al traste con algunas mentiras, que para atacar al doctor Federico Restrepo Posada y engañar a la comunidad universitaria y a los integrantes de su asamblea (Grupo de los 100) y de la peor mala fe ostensible, vienen difundiendo el ex rector y algunos miembros de su grupo politiquero, quienes aseguran que elegirán en noviembre a una nueva Consiliatura, para que esta elija no a un rector independiente, como el doctor Federico Restrepo Posada, sino a un títere a su servicio y al de su directorio politiquero. Escribo igualmente esta columna porque esas mentiras le están causando un daño reputacional a la Universidad, en materia financiera, sin precedentes.
La columna, que acuso de falaz, fue titulada así: “Las peores pérdidas económicas de la Universidad de Medellín en 20 años, para luego asegurar: “ …Gran preocupación existe entre las altas directivas de la Universidad de Medellín, debido a los nefastos resultados financieros obtenidos durante el primer trimestre de este año, en la administración del rector Federico Restrepo. Según los últimos informes presentados, durante estos meses la institución arrojó un déficit operacional de $4.128.082.000, algo que no ocurría hacía más de dos décadas. ¿Cuáles son las autoridades preocupadas con esos resultados? ¿El presidente de la universidad, el rector actual, los vice rectores, los consiliarios de la oposición, o, más bien, los consiliarios del grupo político de Néstor Hincapié Vargas?
Ahora bien, el déficit operacional de $4.128.082.000.oo del primer trimestre, que le endilgan al doctor Federico Restrepo Posada, se debe a los descuentos por matrículas en cuantía de un 30% para todos los estudiantes del claustro, descuentos a los que me referiré más adelante en esta columna.
Las cifras no mienten y por ello a ellas los remito. Observen el siguiente cuadro y noten como el excedente operacional de la UdeM viene disminuyendo en los últimos años. Si tomamos el año 2016 como año base o punto de partida, se ve cómo en el 2017 el excedente operacional disminuyó en un 9.3%; dicha disminución fue del 16.8% para el año 2018, del 41.4% para el año 2019 y llegó al 82.3% en el año 2020. Asimismo, los gastos vienen incrementándose, desde entonces, como puede verse en el cuadro que les copio a continuación de este párrafo. Los resultados del primer trimestre del 2021 presentan esta misma tendencia y como es obvio estos resultados no pueden atribuírsele a la gestión del doctor Federico Restrepo Posada, pues corresponden a las “fabulosas” administraciones de Néstor Hincapié Vargas y de César Guerra Arroyave, pues nótese que si bien es cierto que el doctor Federico Restrepo Posada se posesionó el día 17 de diciembre del 2020, no es menos cierto que inició su gestión, como rector, en enero del 2021. Es que mintiendo y faltando a la verdad es muy fácil engañar incautos y jugar con la honra de las personas.
Posteriormente el periodista, sin haber solicitado siquiera la versión de la actual administración, continuó desinformando a la comunidad, en los siguientes términos: “…Al conocerse estos resultados se prendieron las alarmas de preocupación, mucho más cuando históricamente las finanzas de la institución han sido reconocidas como ejemplo para otras universidades del país.”
¿Y quiénes así las han reconocido o las han puesto como ejemplo? De acuerdo con los estados financieros del año 2020, cuatro de las universidades privadas, pertenecientes al G8, tuvieron excedentes operacionales, como puede observarse en el próximo cuadro, mientras que la UdeM tuvo una pérdida operacional de ocho mil trescientos treinta y cinco millones setecientos doce mil pesos ($8.335.712.000.oo),esas si las mayores pérdidas operacionales de la Universidad para el 2020, pero mayores fueron aún las del 2019, pues los ingresos financieros netos, aunque fueron positivos, se disminuyeron en relación con el año anterior en dieciséis mil millones de pesos ($16.000.000.000.oo)m/l; periodos en los que no formaba parte de la administración el doctor Federico Restrepo Posada.
. | UDEM | EAFIT | UPB | EIA | CES | Unilasallista |
A Diciembre 2020 (Cifras en millones de pesos) | ||||||
Ingresos | 116,121 | 304,949 | 265,533 | 41,294 | 186,587 | 15,721 |
Gastos de Administración y Operación | 124,457 | 284,851 | 242,000 | 32,254 | 183,162 | 18,690 |
Excedente de actividades ordinarias | -8,336 | 20,098 | 23,533 | 9,040 | 3,425 | -2,969 |
Como ya lo mencioné, reitero que la explicación para este resultado en el 2020 se debe al descuento del treinta por ciento 30%, en el valor de las matrículas, descuento que benefició a todos los estudiantes de la Universidad. Fue una medida que se adoptó para ayudarles a las familias con motivo de la pandemia (COVID-19), pues la mayoría de los estudiantes de la Universidad pertenecen a los estratos 3 y 4. Con otras palabras, ello se debe a que los descuentos por matriculas en la UdeM se incrementaron en más de trece mil millones de pesos ($13.000.000.oo)m/l con respecto al 2019.
No se trata, por supuesto, de desconocer las bondades del apoyo que la sociedad en general y en especial los estudiantes y sus familias requerían al inicio de la pandemia, pero si se debe destacar la falta de criterio en la aplicación de dicho apoyo por parte de la administración anterior, por parte de la administración que lideraba el doctor César Guerra Arroyave, pues nos faltó más información para adoptar esa decisión, que se nos dijo era urgente adoptar, pues el proceso de matrículas debía iniciarse de inmediato y no estoy escurriendo la responsabilidad que por ello me cabe.
Me explico: otras Universidades similares hicieron un estudio puntual de los casos y otorgaron los respectivos apoyos económicos a las familias que les acreditaron que realmente necesitaban que les otorgaran descuentos sustanciosos, para que sus hijos pudieran continuar con sus estudios, ello para no menoscabar la sostenibilidad de sus Universidades.
En esta decisión, tampoco le cabe responsabilidad alguna al doctor Federico Restrepo Posada,pues éste no tuvo nada, absolutamente nada, que ver, con la adopción de esa medida, con la del descuento del 30% en las matrículas, adoptada por la Consiliatura de la que formo parte (con mi voto afirmativo incluido) y ello en la administración de César Guerra Arroyave, quien es un alfil incondicional del ex rector Néstor Hincapié Vargas, insisto.
Y continúa el columnista de marras, así: “Al llegar la nueva Consiliatura hace ya un año y medio, algunos de sus integrantes cuestionaron las inversiones financieras que la institución venía haciendo en otros negocios, en vez de invertir sus excedentes en la calidad educativa.” Esto es parcialmente cierto. La verdad es que los consiliarios Edgar Arrubla Cano, Joaquín Guillermo Gómez Giraldo y quien esta columna escribe nos opusimos y nos oponemos a que la Universidad invierta sus excedentes en acciones o negocios mercantiles y especulativos, tales como compra de lotes o inmuebles de engorde (Rionegro, Bogotá, en Medellín ─edificio Vives, viejo colegio de Buenos Aires─ Guarne, etc) o en certificados de depósito a término o en títulos en dólares o prestando dineros o invirtiendo en compañías dedicadas a su vez, a la compra de empresas prácticamente quebradas, en las que se ha perdido mucho dinero o a invertir en acciones de la Bolsa de Valores de Colombia, ello en cuantía que supera los treinta mil millones de pesos, lo que le permite a la universidad tener una asiento en la junta directiva de la precitada Bolsa de Valores de Colombia, por dos razones fundamentales, la primera porque ello es ilegal, como ya lo había explicado en otra columna y la segunda porque son inversiones de alto riesgo. Se resalta igualmente que la universidad invierte en la compra de acciones, inversiones que llegaron a ascender a los 241.524 millones en el 2019 y que estas apenas le dejaron un rendimiento por valor de 7.928 millones, lo que nos muestra una rentabilidad irrisoria del tres punto veintiocho por ciento (3.28%) anual, pasando, igualmente por alto, sus administradores, que al momento de hacerlo, era un hecho notorio que muchas de esas acciones, sobre todo las del GEA, estaban rindiendo negativamente y más ahora, con motivo de la pandemia (inversiones todas las nombradas de alto riesgo, insisto) y por ello caben aquí las siguientes preguntas del consiliario, Edgar Arrubla Cano: ¿Con todos los riesgos que se corren, se justifica que la Universidad siga haciendo inversiones en la bolsa? ¿Qué beneficios obtiene la Universidad siendo socia de la empresa BOLSA DE COLOMBIA S, A? ¿No sería más rentable para la universidad invertir o haber invertido sus excedentes en lo académico, o, si fuere necesario, en las instituciones financieras del país, donde los riesgos son mínimos y las cuales ofrecen rentabilidades promedio del siete por ciento (7%) anual, o, en la Dirección del Tesoro Nacional, que ofrece rentabilidades promedio del nueve por ciento (9%) anual, como está expresado en los mismos informes de la Universidad? Todo lo anterior sin que podamos pasar por alto que cuando alguien pierde una fortuna otra persona se la está ganando y por lo anterior, la pregunta sería ¿quién o quiénes se ganaron las fortunas que ha dilapidado la universidad jugando en la bolsa? Esa pregunta si es pertinente, porque en la bolsa la Universidad perdió o dejó de ganar, por lo menos, 7.928 millones en el 2019, lo que no le hubiera sucedido si simplemente hubiere colocado esos dineros en CDTs al 7% y no en acciones al 3.28%. Acciones que no son fuente de liquidez, porque teniendo en cuenta la volatilidad del mercado, este no es el momento para venderlas.
Y continúa el columnista de marras, así: “Pues resulta que ahora esas “cuestionadas” inversiones fueron las que permitieron amortizar la caída de ingresos y evitaron que los resultados presentados por la administración de Restrepo fueran peores, pues los rendimientos financieros de estas inversiones fueron de $6.926,571.000.oo… Al final del periodo los excedentes fueron de $2.798,480.000 que contrastan con los $9.975.555.000 que se obtuvieron en el mismo tiempo durante en el año 2020.”
Por Dios. No puede pasar por alto, el desinformador, que las cuestionadas inversiones significaron una disminución en los excedentes financieros netos, respecto al año 2019 del orden del 39%, lo que equivale a una disminución de ingresos de dieciséis mil millones de pesos ($16.000.000.000.oo)m/l. Sin embargo, en lo que va del año, se obtuvo un incremento del 6% en los ingresos financieros netos, gracias a que en la actual administración comenzaron a hacer reuniones periódicas frecuentes de seguimiento con el Comité de Inversiones, cuyos integrantes mantienen una relación permanente y fluida con los comisionistas de bolsa y trabajan en equipo, aprovechando el conocimiento impartido desde el programa de Ingeniería Financiera en la gestión de las inversiones, para el beneficio exclusivo de la Universidad. Sin embargo sigo pensando igual, hay que cumplir la Ley.
Y sigue la columna cuestionada, así: “El Reverbero de Juan Paz también conoció que existe gran zozobra entre los empleados de la institución, pues durante los primeros seis meses de este año, Restrepo realizó diferentes cambios en la planta administrativa, entre los que se cuentan dos vicerrectorías y cuatro decanaturas, creando un clima laboral tenso y de gran temor con la nueva administración.” Qué manera de desinformar. Los cambios en las dos vicerrectorías se hicieron para reemplazar personal jubilado. En la decanatura de comunicaciones, se reemplazó al Decano, pues este renunció para hacer uso de su condición de pensionado. El Decano de la facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, quien fue nombrado de manera inelegante y a las volandas, unos días antes de la posesión del nuevo rector, fue reemplazado por no acomodarse a las políticas de la nueva administración. Para reemplazar a la doctora Stella Saba López, la anterior vicerrectora administrativa y financiera, de las entrañas de la anterior administración, el rector nombró a la doctora Claudia Álvarez Barrera, quien viene de EAFIT y quien cuenta con un doctorado internacional en creación y gestión de empresas de la Universidad Autónoma de Barcelona (España); con una maestría en investigación en creación, estrategia y gestión de empresas de la Universidad Autónoma de Barcelona (España), con otra maestría en ingeniería de sistemas de la Universidad Nacional de Colombia; con una especialización en gerencia organizacional, con énfasis en talento humano, de la Universidad Nacional de Colombia y con un pregrado en Ingeniería Administrativa de la Universidad Nacional de Colombia. Para reemplazar a la doctora Nubia Amparo Palacio Lopera, lo hizo con la doctora Luz Doris Bolívar Yepes, la anterior vicerrectora académica, a quien nombró como nueva vicerrectora de investigaciones, pero seguiremos insistiendo en que deben convocarse concursos de méritos, para llenar cualquier vacante y ojalá con egresados del claustro. Para reemplazar a la vicerrectora académica nombró al doctor Alejandro Arbeláez Arango, integrante de la terna elaborada por la firma cazatalentos, de la que resultó elegido el actual rector, quien es egresado de nuestra facultad de economía y adicionalmente, porque cuando era estudiante fue el representante estudiantil ante el consejo académico de la Universidad, por su excelente promedio de calificaciones, como que no ha dejado de ser profesor del claustro, salvo para estudiar o enseñar en el exterior. Su récord académico es brillante, pues además de economista es especialista en economía y negocios internacionales de nuestra casa de estudios, en la que también obtuvo el grado de especialista en gobierno público (cuenta con 2 especializaciones); es Master en Dirección y Gerencia Pública (MPA), de la Universidad Politécnica de Valencia en España; Cuenta igualmente con estudios avanzados –DEA- en Derecho Constitucional ─Grado contemplado en la normativa de la Unión Europea, como superior al de una maestría─ (cuenta, pues, con 2 maestrías) y finalmente en vez de estudiar derecho realizó un doctorado en derecho constitucional, de cinco años de duración, en una de las más antiguas y prestigiosas universidades de la Península Ibérica, en la que se graduó con honores, pues obtuvo como calificación en todas sus asignaturas la de sobresaliente, como que su grado de doctor fue Sobresaliente “Cum Laude”, que es la máxima calificación para indicar el nivel de rendimiento académico con el que lo obtuvo. Las gestiones de estos vicerectores ya se notan. ¿Cuál es la zozobra?
Y finaliza así el periodista de oídas, pues no conoce a la universidad siquiera, su escrito difamatorio, así: “….Ahhh, y tuvo un asesor personal que venía de las campañas de Fajardo, de nombre Esteban Jaramillo, quien actuaba como los ojos y oídos de la rectoría en toda la administración. Esteban Jaramillo hacía parte de ese grupo de fajardistas que Restrepo llevó a la Medellín cuando fue nombrado rector. Pues Jaramillo renunció recientemente para regresar a las actividades políticas del senador Iván Marulanda, todos de la misma cuerda de Fajardo. Como se ve, los mismos en las mismas.”
El joven Jaramillo, quien hasta donde me alcanza no tiene ningún parentesco conmigo, llegó al cargo por su destacada hoja de vida, pues no obstante su corta edad se graduó con uno de los mejores promedios académicos de la Facultad de Derecho; se ganó dos becas para estudiar una maestría en el Reino Unido, y se graduó con honores. Ha recibido múltiples reconocimientos por sus calidades académicas, deportivas y de liderazgo, entre los que se cuentan medallas adquiridas como capitán de la Selección Antioqueña de Esgrima, fue exonerado de los exámenes preparatorios por haber obtenido un alto promedio académico de calificaciones durante su carrera y por haber sido seleccionado como uno de los 40 “Jóvenes 2020”. El doctor Jaramillo, como buen abogado, fue atraído por la política, pues a los abogados nos atrae la política como a los osos la miel. Pero tuvo la decencia que les faltó a Néstor Hincapié Vargas y a Aura Marleny Arcila Giraldo, la de renunciar a sus cargos en la Universidad para hacer política, práctica que, por el momento, fue desterrada de la universidad y, por lo tanto, velaremos para que ninguna persona utilice a la comunidad universitaria como cantera de votos, ni los recursos de la corporación para realizar sus campañas e incrementar su poder político personal. La Universidad de Medellín, como su nombre lo indica, es la universidad de esta ciudad, a ella le pertenece, lo mismo que a todos sus egresados graduados en ésta, y no la universidad de un grupo de politiqueros y por ello el grupo de los cien debe evitar las acciones de ese grupo politiquero para acabar con una rectoría que está haciendo lo mejor para alcanzar los fines de fundadores, en beneficio de la comunidad a la que la universidad se debe y de nuestra casa de estudios y no para perpetuar los abusos del susodicho grupo irregular, por decir lo menos.
José León Jaramillo Jaramillo es abogado litigante, reconocido columnista de opinión . Además, ha ocupado importantes cargos en los sectores público y privado, como que fue procurador general de la nación (e). Leer más.