El bombardeo de la Corte Constitucional a los bebés colombianos

¡No se llama libertad se llama asesinar!

¿Es ético Abortar? ¿es lo mismo defecar que abortar? ¿Es la Corte Constitucional una corte inmoral?

“El aborto es un “crimen abominable” que viola el derecho fundamental a la vida del ya engendrado y no nacido, y configura un grave desorden moral que involucra a quienes a ciencia y conciencia intervienen en este hecho.” Conferencia episcopal colombiana

“Si aceptamos que una madre puede matar a su propio hijo, ¿con qué autoridad moral podremos pedirles a los demás que no se maten, entre sí?”

No es que la mujer disponga de un apéndice de su propio cuerpo, es asesinar una nueva vida humana, la vida de un ser distinto de la madre, que mora en ella. No es material fecal la que invade su cuerpo.

La ética, es aquella parte de la filosofía que analiza si los actos humanos son buenos o malos o, como lo consigna el diccionario, la ética estudia el “…Conjunto de principios y reglas morales que regulan el comportamiento y las relaciones humanas.”

Esos principios nos permiten juzgar las conductas de las personas y con base en ellos, la gente se atreve a decir este abogado o este médico carece de ética profesional o simplemente esos principios nos permiten establecer si se trata o no de hombres sin ética, para lo cual, en esa tarea, nos coadyuvan los códigos de ética, la jurisprudencia y la doctrina que se producen en los tribunales disciplinarios y de ética de las distintas profesiones, los que, en teoría, buscan que prime el bien común.

“La filosofía es una concepción del mundo, es decir, un sistema de opiniones, concepciones e ideas acerca del mundo y del conocimiento de éste”, al decir de Rozhin. Es decir, cada filosofo plantea, de distinta manera, los problemas que son de vital importancia para los seres humanos y, como es obvio, las respuestas a esos interrogantes también son distintas, como lo sostenía mi profesor de filosofía del derecho, el doctor Alfonso Ortiz Rodríguez.

Quien esto escribe, cree en la defensa de los valores y que estos se deben promover entre los niños, como solía hacerlo El Colombiano, cuando era conservador. Esos valores son la vida (no matarás), la religión, la propiedad (no robarás), la amistad, la lealtad, la justicia, el derecho, la paz y el más importante de todos y por ello lo combaten los mamertos a muerte, la LIBERTAD, “sin la cual no hay ni derecho, ni justicia ni paz”, ni vida, ni nada, diría yo, tal y como como lo reiteraba Eduardo Juan Couture Etcheverry, ese gran jurista que nos legó los mandamientos del abogado, aplicables a todas las profesiones que ejercen las gentes de bien y los cuales, en sí mismos, son un tratado de sabiduría, claridad y ética.

Las normas penales defienden los valores, que son los que estudia otra rama de la filosofía que conocemos como axiología y para esa disciplina la vida humana es el valor supremo por excelencia y por ello si algún ciudadano mata a otro, se le acusa de asesinato y se le castiga y esas normas aun prohíben el aborto por ser una práctica inmoral y delictiva, ello desde antes de los griegos “…tampoco administraré abortivo a mujer alguna.” Juramento hipocrático (Siglo V a. C., 460 a. C.). “El cigoto es un ser distinto al de su madre y, por lo tanto, es también un paciente del médico, a quien el juramento hipocrático lo obliga a salvarlos a los dos.”

Tan importante es la vida que nuestro código penal en su  artículo 339 A, protege hasta la vida de los animales, en los siguientes términos: “El que, por cualquier medio o procedimiento maltrate a un animal doméstico, amansado, silvestre vertebrado o exótico vertebrado, causándole la muerte o lesiones que menoscaben gravemente su salud o integridad física, incurrirá en pena de prisión de doce (12) a treinta y seis (36) meses, e inhabilidad especial de uno (1) a tres (3) años para el ejercicio de profesión, oficio, comercio o tenencia que tenga relación con los animales y multa de cinco (5) a sesenta (60) salarios mínimos mensuales legales vigentes.” Con este precedente de la Corte, que no la de oro sino la de Putin, deja sentado que es más importante la vida de una rata que la de un ser humano en el vientre materno. No alcanzo a comprender la escala de valores fariana, que hoy nos quieren imponer a las patadas los adoradores de la carroña de Stalin.

Es increíble que para la Corte, lo mismo que para la guerrilla, sea lo mismo defecar que abortar, como solían decirlo los comandantes traquetos: “Sáquele esa mierda y bótela”. Entendemos que si una niña es violada o termina embarazada debe brindársele apoyo, ojalá con la pastilla del día después o aun practicarle, solo si es su deseo, un aborto, pero, a la mayor brevedad y en ningún caso transcurridos más de 60 días, pero únicamente  en los casos listados por la sentencia C- 355 del 2006, a saber: “…: (i) Cuando la continuación del embarazo constituya peligro para la vida o la salud de la mujer, certificada por un médico; (ii) Cuando exista grave malformación del feto que haga inviable su vida, certificada por un médico; y, (iii) Cuando el embarazo sea el resultado de una conducta, debidamente denunciada, constitutiva de acceso carnal o acto sexual sin consentimiento, abusivo o de inseminación artificial o transferencia de óvulo fecundado no consentidas , o de incesto…”.

En mi opinión, permitir que se aborte un bebé de seis (6) meses es simplemente permitir que se cometa un asesinato. El fallo de la Corte sobre el aborto es una defensa del más fuerte y un ataque infame, cobarde y ruin, contra otro ser diferente de la madre, contra un ser que no puede ni hablar ni defenderse siquiera y que también tiene derechos, así los comunistas sostengan lo contrario, entre otras razones, para librar a las FARC de los miles de abortos que cometieron por la fuerza contra guerrilleras indefensas, a quienes no solamente retenían (mantenían secuestradas),  por la fuerza y el terror, para que delinquieran a su favor  y a las que adicionalmente la guerrillerada utilizaba como objetos sexuales, para pichar ─ no de otra forma puede denominarse─, como entretenimiento, en la selva y adicionalmente esa sentencia es una férrea defensa de la incuria; es decir, de la negligencia, del abandono, de la irresponsabilidad y de la falta de prevención (previsión de lo previsible) o cuidado, pues un embarazo es muy fácil de prevenir, con condones, óvulos o la píldoras del día después, lo que nunca pudieron entender los salvajes guerrilleros de las FARC o de las fuerzas armadas cubanas  al servicio de los rusos,  quienes siguen delinquiendo en Colombia, las mismas, cuyos lideres asesinan, hoy en día, a niños, mujeres y ancianos inocentes en Ucrania, sin justificación previa de ataque alguno y solo por ambición.

La providencia sobre el aborto es manifiestamente contraria al derecho internacional, a la constitución y a la ley, pues la Corte no solo hizo caso omiso de la cosa juzgada, sino que asumió competencia que solo le corresponde al congreso, la de legislar; desconociendo, de contera, varios tratados internacionales, como magistralmente lo expone el expresidente de la Corte Constitucional, el doctor José Gregorio Hernández Galindo, uno de los mejores magistrados que de esa corte lo ha sido, en su corta y muy sesuda columna “Certidumbres e inquietudes: LA DESPENALIZACIÓN” y cuyo link (enlace) les copio a continuación, por compartir plenamente sus conceptos.

 https://lavozdelderecho.com/index.php/opinion/item/7992-certidumbres-e-inquietudes-la-despenalizacion-jose-gregorio-hernandez-galindo