La criminalidad desbordada

La criminalidad desbordada

Mientras centenares de ciudadanos son asaltados, heridos y asesinados diariamente en campos y ciudades, mientras otros son despojados de sus bienes por los cacos, el gobierno no atina a solucionar el problema, al punto de que la revista Semana, en su edición de noviembre del 2017, afirma: “… Más de 90.000 delincuentes, responsables de los delitos que más afectan a los ciudadanos, fueron capturados en repetidas oportunidades, algunos hasta 70 veces. Menos del 20 por ciento terminó en la cárcel. ¿Qué está pasando?

El gobierno no ha entendido que la única forma de que se respete la Ley, es cuando se le teme, pues “El Principie no solo deber respetado sino temido”, al decir de Maquiavelo, pero en Colombia ─sobre todo desde que se firmó el falso y mentirosísimo acuerdo de paz─ cada día que pasa, más y más ciudadanos se suman a quienes no respetan la ley y llaman al desobedecimiento civil; se suman a los de la horda de quienes no respetan al gobernante, a la constitución, a las leyes, a los ciudadanos, a sus padres, a sus profesores, a los jueces, a los Policías, al Ejército ─ a quienes agreden ─, ni a nadie; vivimos la ley de la selva. ¡Salvase quien pueda! Muchos ciudadanos optan por no salir a las calles siquiera y salta a la vista que la justicia por propia mano va in crescendo, frente a la ausencia total de Estado y, valga la redundancia, de justicia

Ni el gobierno, ni el legislador, ni los jueces hacen absolutamente nada por adoptar algún mecanismo para frenar la criminalidad reinante y mucho menos para superar el estado de cosas inconstitucional y criminal que caracteriza a las cárceles colombianas; estado de cosas inconstitucional que permite concluir que Colombia carece de un sistema carcelario, pues apenas cuenta con depósitos de personas, carentes de condiciones higiénicas, controlados por delincuentes de la peor calaña; verdaderos depósitos humanos donde no se pueden alcanzar los fines de la pena y donde de facto se le cercenan al condenado otros derechos de los que no fue privado por la sentencia de condena, tales como: sus derechos a la salud, a la alimentación, a una habitación y a un baño limpios, a contar con elementos de aseo, con un vestido descente, a tener un trabajo que le permita sostener a su familia. En una palabra, se le niega al preso el derecho a estar internado en una cárcel en la que se le permita estudiar, recrearse, rehabilitarse y que le garantice que ni él ni sus parientes serán violados sexualmente durante las visitas y en la que tampoco ni él ni sus familiares serán extorsionados, ni sus ilusiones pisoteadas.

¿Qué hacer? Los únicos países en los que los ciudadanos respetan la Ley son los que adoptan un régimen draconiano, países en los que los ciudadanos respetan la normas y a las autoridades o se ven obligados a ser internados en prisiones serias y controladas por sus autoridades y no por los jefes de los hampones, en las que los obligan a trabajar y no se les permite conspirar y mucho menos delinquir. Eso es lo que pasa en China y en todos los países comunistas, pero el libertinaje que está sucediendo en USA y en toda Latinoamérica ya raya en la anarquía.

Mientras no sean los guardianes del estado los que controlen los patios y obliguen a los presos a trabajar, de manera disciplinada, todo estará perdido.

El mejor ejemplo es, Singapur, un país cuyo líder Lee Kuan Yew, al llegar al poder, lo describía como un «pozo negro de la miseria y la degradación», algo igual o peor que Colombia y ese personaje lo sacó de ese pozo, aplicando un régimen draconiano, “bajo un modelo capitalista con férreo control estatal” dirigido no contra sus ciudadanos de bien sino contra LA DELINUENCIA ORGANIZADA hasta “…convertirlo en un país industrializado y moderno…”, priorizando la educación al punto de que sus estudiantes son de los mejores del mundo, pues llegaron a ocupar el primer lugar en las prueba pisa, pero fueron destronados por los Chinos que juegan con todo lo que sea, menos con la educación de sus niños, pues son comunistas muy estudiosos y preparados que no ignorantes de platanera, piedra, ron, odio, tabaco y brujería, como los de Fecode, quienes son una verdaderas fieras en contra de la educación. https://www.bbc.com/mundo/noticias-47032379

Santos nos desarmó a todos los ciudadanos que respetamos la Ley, alegando que el monopolio de las armas debe estar en cabeza del Estado, pero los mamertos, felices con el caos en que vivimos, les impiden a el Ejército y a la Policía cumplir con sus obligaciones constitucionales a través de la guerra jurídica que contra ellos desataron, sin que podamos olvidar que el pie de fuerza ni los presupuestos para las labores de inteligencia y contrainteligencia son insuficientes, pues Santos castró a la fuerzas, lo que ha venido fortaleciendo a los brazos armados de las Farc, todo ello como parte del mentirosísimo acuerdo de paz, el que no nos ha traído incontables baños de sangre y una violencia sin precedentes.

Es aberrante ver a los mamertos exagerando la pajas en los ojos ajenos e ignorando las vigas en los propios, como bien lo dice un meme: si un militar comete un error, se propone acabar con el Ejército; si a dos policías se le va la mano, se habla de fascismo y proponen acabar la institución; sin un sacerdote viola a un niño aseguran que todos son pedófilos y si 40.000 guerrillero violan, narcotrafican, extorsionan y asesinan, dicen que hay que perdonarlos porque son líderes sociales.

Necesitamos más soldados, policías y guardias de prisiones, mientras los ciudadanos aprenden a respetar las leyes, momento en el cual no necesitaremos cárceles.

¿Cuándo vamos a despertar?

Coletilla 1. Los colombianos nos merecemos un candidato presidencial serio y preparado como Luis Alberto Moreno Mejía, el saliente presidente del Bid y no un payaso, mentiroso, deshonesto y pésimo administrador como Fajardo, un verdadero Cantinflas. Dios nos libre de caer en las garras de este descaracterizado lobo rapaz, al servicio de un grupo abusivo de industriales

Coletilla 2. Revocatoria del mandato. – Somos nosotros los que vamos a terminar pagando todos los abusos del GEA y de Fajardo, los verdaderos enterradores de EPM. No podemos seguir eligiendo mentirosos como Santos, como Fajardo o como Quintero, este último quien nos engañó para hacerse elegir, prometiéndonos que el nuevo gerente de epm sería elegido por una firma caza talentos. Un hombre que no honra sus promesas no vale nada; su contratación ha sido caprichosa y abusiva y es objeto de serias investigaciones. Hay que revocarle el mandato.