En memoria del doctor Agustín Jaramillo Arango

Apreciados lectores, les comparto esta columna del doctor Julio Zuluaga Arango en memoria de mi abuelo, el doctor Agustín Jaramillo Arango, quien fue fiscal del juzgado primero superior de Medellín y posteriormente fungió como alcalde de esta ciudad, ello en el período comprendido entre 1918 y 1920 y posteriormente como representante a la Cámara. Falleció en esta ciudad el 25 de agosto del 1926.

 ESTAMPAS SONSONÉSAS

Por Julio Zuluaga Arango

  Para: Lorenzo Agustín Jaramillo Londoño

“De los seis hijos hombres de don Lázaro Jaramillo Álvarez: tres sacerdotes, un médico, un abogado y un institutor, sólo uno, Agustín, el abogado,  murió joven,  a los 33 años de edad en Medellín,  donde tenía su oficina y su casa, pues había contraído matrimonio con la señorita Carmen Londoño Mesa, linajuda dama de la alta aristocracia cejeña.

Yo creo que después de sus familiares, ninguna otra persona logró conocer más íntimamente a este sonsonés ilustre. Trabajé en su oficina por varios años, y pude darme cuenta  de todas las cualidades que engalanaron su vida; de su clara inteligencia,  de su caballerosidad y señorío, de su bondad sin límites, de su alta discreción, de su natural modestia, y de una moral personal y profesional muy poco comunes.

Dios  lo dotó del dominio de la palabra hablada,  por eso fue un sugestivo orador,  hecho para los grandes debates en el foro,  en la plaza pública, y en el parlamento. Cuando la candidatura del General Ospina se impuso a la admiración del pueblo de Medellín, en compañía de Gonzalo Restrepo Jaramillo, casado con una hermana de su esposa; ambos recorrían los barrios de la ciudad en un debate enardecido y crucial, pues el contendor de Ospina no era otro que el caudillo liberal, general Benjamín Herrera.

 “Con la palabra ─ decía el ministro de la reina Victoria don Benjamín Disraeli ─ se gobierna a los hombres”. Y muchos siglos antes había dicho Confucio: “Sin conocer la fuerza de las palabras, es imposible conocer a los hombres” 

Estos pensamientos parece que hubieran sido escritos para el doctor Agustín Jaramillo Arango, porque en su vida están retratados admirablemente.  En el ejercicio de su profesión de abogado, se especializó en derecho penal, la palabra lo fue todo para él en los estrados judiciales, frente a los jurados de conciencia donde la oratoria desempeña un papel importantísimo. Por eso el doctor Miguel Moreno Jaramillo, uno de los abogados más notables de Medellín en aquel entonces, llevaba como vocero, cuando tenía a su cargo una defensa importante, a Don Gabriel de la Torre, profesor de retórica en el Liceo de la Universidad de Antioquia.

Cuando Sonson lo eligió diputado a la asamblea departamental, no hizo sino iniciarlo en el camino de resonantes triunfos. La primera vez que se enfrentó fue en la asamblea, con algunas de las figuras más distinguidas de ese cuerpo legislativo en aquella época; año de 1922, aproximadamente, tales como el doctor Rafael del Corral, exministro del señor Suárez,  el doctor Navarro y Euse, padre del “Tuso”, el médico Alfonso Castro, escritor y publicista famoso, don Juan Bautista Arango Mejía (don Tista), etc, etc. Las barras le ofrecieron en más de una ocasión sus fervorosos aplausos y los diarios de Medellín registraban y comentaban favorablemente sus intervenciones, que lo colocaron entre los mejores oradores antioqueños.  Esta situación le abrió las puertas del congreso, a dónde llegó un poco más tarde, para hacerse un orador nacional.

Su figura esbelta, distinguida y elegante, le mereció del público asistente a las barras toda su admiración y devoción. Se puede agregar, que desde los tiempos de Don Juan Pablo Restrepo, de Darío Botero Isaza y de Don Luis María Botero, llamado “Pico de Oro”, ningún otro  sonsonés se ha destacado como orador en el congreso, a la altura de nuestro biografiado en esta corta crónica de hoy, su recuerdo del protector, del amigo y del consejero,  a los 43 años de su muerte.

Cuando la Cámara de Representantes resolvió acusar ante el senado al magistrado del Consejo de Estado, doctor Ramón Rosales, por el delito de prevaricato, nombró al doctor Jaramillo Arango como su acusador ante el senado. Las audiencias revistieron singular importancia.

La prensa llenaba con grandes titulares sus columnas, transcribiendo su discurso de acusación.  El veredicto condenatorio que vino después, colocó al doctor Jaramillo Arango en el pináculo de los grandes éxitos parlamentarios.

La vida suele ser injusta con sus grandes valores:  por eso, al regresar a Medellín, feliz y contento de haber cumplido bien su mandato, una infección en el cerebro, que hoy se opera fácilmente, cortó su brillante carrera y acabó con su preciosa existencia en plena juventud.

Sonsón, Medellín y Bogotá, registraron su deceso, con grandes manifestaciones de pena.  La colonia sonsonésa de Medellín decretó duelo, con firmas tan autorizadas como las de Julio E. Botero, Francisco Eladio Tovar, Darío Botero Isaza, Braulio Henao Mejía, JuanBautista Londoño, Gabriel Ángel  Escobar,  Abel Uribe Jaramillo,
Santiago Londoño,  Ricardo Estrada,  José Jesús Toro Uribe,  Horacio Botero Isaza y Jesús María Marulanda.

FOTO.- La foto del doctor Jaramillo Arango, le fue tomada cuando actuaba como Juez en la Película “Bajo el cieloantioqueño”