La masacre de Uvalde y la policía vacilante

No quiero ni recordar el nombre del burócrata que impidió que la Policía entrara a las carreras a asesinar, como fuera, al psicópata, que masacraba con un fusil de guerra a los niños inermes de una escuela en Uvalde; es verdad que de burócratas torpes está llena la administración pública, pero esos especímenes no pueden estar al frente de las operaciones militares o policiales de ningún país. El deber, la función y la misión de esas autoridades era detener, a balazos o como fuera, a ese monstruo.

No sé no puede olvidar que la espada de la justicia (Ejército y Policía) y no solo en Colombia está instituida para defender la vida y la integridad de los habitantes de un territorio y máxime si estos son niños inermes e inocentes, pues los derechos de los niños deben primar sobre los derechos de los demás. Para eso es el pacto social y para ello los ciudadanos pagamos impuestos.

Si ello hubiere sucedido en Colombia, esos policiales hubieran sido denunciados por el delito de omisión en el ejercicio de sus funciones, máxime cuando la policía, con funciones operativas, tiene la posición de garante, pues a la luz del artículo 25 del Código Penal, que tipifica como delito la omisión “…Quien tuviere el deber jurídico de impedir un resultado perteneciente a una descripción típica y no lo llevare a cabo, estando en posibilidad de hacerlo, ─ y los policías de Uvalde estaban armados en la puerta de la escuela como estatuas inútiles, gracias al angustioso llamado de los niños quedará sujeto a la pena contemplada en la respectiva norma penal. A tal efecto, se requiere que el agente tenga a su cargo la protección en concreto del bien jurídico protegido, o que se le haya encomendado como garante la vigilancia de una determinada fuente de riesgo, conforme a la Constitución o a la ley.”

Esos policías de Uvalde, me hicieron recordar las palabras del magistrado Eugenio Fernández Carlier, en alguno de sus fallos contra un oficial, pues en mi concepto esos policiales no hicieron “…el menor esfuerzo por realizar alguna acción de salvamento de las inminentes víctimas, incumpliendo así su misión institucional.” Se quedaron en la puerta de la escuela y no ejercieron la autoridad, la que para este caso no era otra que la de utilizar la violencia en manos del Estado, para asesinar a balazos a un psicópata que masacraba niños inocentes e indefensos y ese es el ejercicio legítimo de la fuerza, de la autoridad o de la violencia estatal, el que estos omitieron ejercer, como era su deber legal, insisto.

Es cierto que no se deben prohibir la armas, pero si regular la venta de armas de guerra y de fusiles de asalto, tampoco se deben vender a los particulares tanques de guerra, ni aviones de combate, ni misiles intercontinentales, para ajustarse a la segunda enmienda y lo más importante hay que controlar a los psicópatas, para lo cual es necesario incrementar aún más y de qué manera, el presupuesto de la NSA y no joder a quienes compraron sus armas y nunca han hecho nada mal hecho con ellas, como se hace en Colombia, donde todo se hace mal hecho, por culpa de los burocratas.

Hay muchos jóvenes sin oportunidades, que se mal formaron viendo películas y juegos de violencia, sin que sus padres ni sus educadores hubieran hecho nada por frenar el bullying violento y cruel que entre ellos mismos se hacen . Nada bueno, solo violencia y crimen, es lo que se puede esperar de una  juventud que carece de valores y que no respeta a nada ni a nadie.

 ¿Para qué ha servido el control de armas en Colombia o en Méjico? Para nada, pues lo único que con ello se ha conseguido es fortalecer al crimen organizado y acabar con los patrimonios y las libertades de sus víctimas. ¡No más Petros! ¡No más guerrilleros asesinos! ¡No más cócteles Molotov contra la policía! ¡No más carros bombas! ¡No más Cuba, la sembradora de odio y violencia en las Américas!

Cuando hablen de víctimas en Colombia recuerden siempre a los centenares de miles de policías y militares que perdieron sus vidas o sus extremidades en la lucha contra las fuerzas irregulares cubanas en Colombia, también conocidas como guerrillas (Farc, Eln, EPL, M-19 ─, Clan del Golfo ─ auxiliar de las anteriores). Recuerden también a sus familias, a sus viudas y a sus huérfanos. No vote por el jefe de los violentos, por el defensor de las guerrillas y de las primeras líneas. ¡No vote por Petro!

Coletilla Nro. 1.- El comunismo internacional está desesperado por lograr que suba Petro, como sea, pues necesitan saquear al país. El último en atacarnos fue el presidente de Méjico, cuyo primer acto público fue el de reunirse con la mamá del Chapo Guzmán y ahora viene a engañar al mundo afirmando que Petro enfrenta una guerra sucia, lo cual no solo es falso sino que constituye una injerencia indebida en los asuntos internos de este país, un irrespeto a la autonomía del pueblo colombiano para escoger a su próximo candidato; injerencia con la que el mamerto mejicano trata de influir en los electores colombianos”. La meta de ese presidente como la de los demás integrantes del foro de Sao Paulo no es otra que la de destruir a la juventud a punta de drogas para controlar a los países. ¡Qué asco!

Coletilla Nro. 2.- Felicitaciones a la DEA, al FBI, a la fiscalía y a las fuerzas armadas de policía, a nuestros héroes, por la captura del grupo criminal que, de la manera más cobarde y ruin, asesinó al fiscal Marcelo Pecci y por la captura de la tal, Violeta Arango Ramírez la Rola”, la psicópata putinesca del ELN, valga la redundancia, que puso la bomba en el Centro Comercial Andino de la capital, para asesinar personas inocentes. ¡No más Petros!

Coletilla Nro. 3.- Petro sigue creciendo en las encuestas y, por lo tanto, tenemos que conseguir más votos para evitar que este enemigo de las libertades y de la producción llegue a la presidencia. No juegue con su futuro y el de sus hijos no los obligue a vivir en una colonia soviética o a huir del país. ¡No vote por Petro!

Coletilla Nro. 4.- Las primeras líneas o guerrillas urbanas se están preparando para atacar a la población como lo hicieron en el vándalico y mal llamado paro nacional, ello por si no les gusta el resultado electoral. Colombiano, adopte medidas de protección. No fortalezca a los vándalos ¡No vote por Petro! ¡Vote por Rodolfo!

1 comentario en «La masacre de Uvalde y la policía vacilante»

Los comentarios están cerrados.