Conferencia sobre la “Ley de Reforma a la Policía y Ley Antidisturbios y Anti-vandalismo”

Agradezco al Sindicato Nacional de Trabajadores y Procuradores Judiciales de la Procuraduría General de la Nación, SINTRAPROJUDICIALES, el haberme invitado a dictar esta conferencia, invitación en la que se nos solicitó, a los expositores, responder tres interrogantes a saber:

1º. ¿Posibles infracciones a la Ley de los integrantes de la primera línea?

. ¿Quién responde patrimonialmente por los saqueos y daños a los bienes públicos y privados? y

. ¿Cómo debe ser el actuar y la preparación de la policía nacional para que sea respetada por la comunidad?

El siguiente es un resumen de mi intervencion:

Todos los Estados, democráticos o no, posan frente al mundo como democráticos y ninguno de ellos reconoce que viola las normas del derecho internacional humanitario (DIH), pues todos a una aseguran defender los derechos humanos. Todos esos Estados que se dicen democráticos o no, se precian igualmente de que gozan de una partición tripartita del poder, el que se encuentra, según ellos, repartido en sus países en tres ramas u órganos “independientes”: la ejecutiva, la legislativa y la judicial, las que, según ellos, se controlan entre sí, por un sistema de pesos y contrapesos y todos esos Estados, sin excepción alguna, para poder administrar la cosa pública, controlar el orden público, combatir la criminalidad, administrar justicia y defender sus fronteras, de enemigos internos o externos, necesitan de un aparato represivo estatal, manifestado en sus formas de Ejército y Policía y es por ello, que nuestra constitución política manda que “…La Nación tendrá para su defensa unas Fuerzas Militares permanentes constituidas por el Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea…” y que estas “…tendrán como  finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional (Art.217 CP) e igualmente, nuestra carta política, le manda al legislador que organice “…el cuerpo de Policía, el que concibe como…un cuerpo armado permanente, de naturaleza civil, a cargo de la Nación, cuyo fin primordial es el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas, y para asegurar que los habitantes de Colombia convivan en paz. (Art.218 CP) y como si esto fuera poco la carta establece cuales son los fines esenciales del Estado, que no son otros que: “…servir a la comunidad, promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios, derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la participación de todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política, administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional, mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia de un orden justo.” Y remata ordenando que “…Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares.” (Art.2 CP) Pero al mismo tiempo la carta nos impone a los nacionales y a los extranjeros en Colombia el deber de “…acatar la Constitución y las leyes, y de respetar y obedecer a las autoridades.” (Art.4 CP). Igualmente establece nuestra norma de normas, que “Los particulares somos responsables ante las autoridades por infringir la Constitución y las leyes…” y que “… Los servidores públicos lo son por la misma causa y por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones.”  Esta fue la constitución que promovió y aprobó el M-19.

Nuestras fuerzas armadas y de Policía de las cuales yo me siento muy orgulloso han cumplido siempre sus labores de manera ejemplar, a pesar de los muy bajos salarios que se les pagan y los muy escasos recursos de los que disponen para las prestación de sus servicios, pero, no obstante lo anterior, se han venido profesionalizado más, cada día que pasa, no obstante los esfuerzos del gobierno anterior por generar fisuras en su unidad para debilitarlas y prostituirlas y facilitar así que la internacional socialista se apodere del territorio y destruya la soberanía nacional, como sucedió con Venezuela, para el beneficio de terceros países expoliadores, como Cuba, Irán, China y Rusia

Las fuerzas armadas no se pueden politizar como tampoco los jueces deben politizarse y menos con ideologías que rechazan abiertamente a la constitución colombiana que prometieron defender y ello es elemental.  Alberto Lleras Camargo, un demócrata integro y no un defensor de tiranías, como el comunismo y ante todo un hombre decente de verdad,  quien nunca se apoderó indebidamente de un peso siquiera del cosa pública,  en su famoso discurso pronunciado ante nuestras fuerzas militares, en el TEATRO PATRIA, explicó las razones por la cuales los  militares deben estar alejado de la política y expuso las diferencias entre la política y la milicia, pieza clásica que ningún demócrata puede olvidar, ello para asegurar que es absolutamente necesario que las Fuerzas Armadas ─ dentro de las que se encuentra la Policía Nacional, se mantengan alejadas de la política, insisto, cuando afirmó: “…Yo no quiero que las Fuerzas Armadas decidan cómo se debe gobernar a la Nación, en vez de que lo decida el pueblo; pero no quiero, en manera alguna, que los políticos decidan cómo se deben manejar las Fuerzas Armadas, en función de su disciplina, en sus reglamentos, en su personal. Esas dos invasiones son funestas, pero en ambos casos salen perdiendo las Fuerzas Armadas. El desprestigio que cae sobre todo el gobierno no puede caer sobre una institución armada sin destruirla…La política es el arte de la controversia, por excelencia. La milicia, el de la disciplinaCuando las Fuerzas Armadas entran a la política lo primero que se quebranta es su unidad, porque se abre la controversia en sus filas. El mantenerlas apartadas de la deliberación pública no es un capricho de la Constitución, sino una necesidad de su función. Si entran a deliberar entran armadas. No hay mucho peligro en las controversias civiles, cuando la gente está desarmada. Pero si alguien tiene a sus órdenes, para resolver la disputa, cuando ya carezca de argumentos o pierda la paciencia, una ametralladora, un fusil, una compañía o las Fuerzas Armadas, irá a todos los extremos, se volverá más violento, será irrazonable, no buscará el entendimiento sino el aplastamiento, y todo acabará en una batalla. Por eso las Fuerzas Armadas no deben deliberar, no deben ser deliberantes en política. Porque han sido creadas por toda la Nación, porque la Nación entera, sin excepciones de grupo, ni de partido, ni de color, ni de creencias religiosas, sino el pueblo como masa global, les ha dado las armas, les ha dado el poder físico con el encargo de defender sus intereses comunes, les ha tributado los soldados, les ha dado los fueros, les ha libertado las reglas que rigen la vida de los civiles, les ha otorgado el privilegio natural de que sean gentes suyas quienes juzguen su conductay todo ello con una condición: la de que no entren con todo su peso y su fuerza a caer sobre unos ciudadanos inocentes, por cuenta de los otros«.

¿Qué tal una policía politizada, manejada por Petro, Benedetti, Roy barreras o Timochenko, cuadrando vueltas o ascendiendo oficiales por razones políticas, por un billetico o por un servicio, para usar el lenguaje del hampa ¿Qué hay manzanas podridas en Policía? Claro, en todas las instituciones y en todas las ramas del poder público, las hay. ¿Qué hay policías que se les va la mano en sus labores de control y vigilancia? Ello es cierto, como sucede en todos los países del mundo; como sucedió, por ejemplo, con George Floyd, quien fue víctima de un crimen monstruoso o con Javier Ordóñez en Bogotá, pero los policiales involucrados en estos dos casos fueron condenados. Estuvo bien que protestáramos los que lo hicimos pacíficamente, pero no los que lo hicieron en Estados Unidos y en Colombia, alentados por el partido comunista, Antifa, Cuba, Venezuela y las guerrillas colombianas, organizaciones que soltaron las bestias y le pagaron al crimen organizado para destruir algunas ciudades y atacar inmisericordemente a las fuerzas el orden.

Pero esos mismos crímenes o peores se dan en Cuba o Rusia, diariamente. En Cuba han matado a centenares de cubanos, en una operación pistola que no cesa. Recientemente a un joven, a Roberto Pérez Fonseca, de quien se dice que quemó una foto de Fidel Castro, el Tribunal Municipal de San José de las Lajas, en Mayabeque, lo condenó a 10 años de prisión y se recordará que en Cuba solamente existe el partido comunista, pues nadie puede pensar distinto a cómo piensa Raúl y que Putin y Daniel Ortega han puesto presos y que torturan a sus contradictores políticos como a Navalny, para ganar las elecciones y que no vacilan en violar los derechos humanos, ni en asesinar a cualquiera de sus connacionales de la manera más salvaje, para alcanzar sus egoístas propósitos y perpetuarse del poder. Ni en Cuba ni en Venezuela, ni en Rusia, ni Nicaragua, ni en China hay elecciones libres y al paso que vamos no las habrá en Colombia. Mientras en Cuba condenan a un joven a 10 años de prisión porque quemó una foto, su lacayo en Colombia, Gustavo Petro, aboga para que se libere a todos los estudiantes que torturaron y asesinaron policías en este país.

Para apoderarse de nuestro territorio la internacional socialista y sus estados aliado Cuba y Rusia, vienen creando guerrillas comunistas como las FARC (fuerzas armadas cubanas) el ELN, con el apoyo chino inicialmente, el EPL, el M-19, etc; para destruir la democracia e implantar la tiranía, lo que les permitirá, como en Venezuela, apoderarse de los territorios y festinar con sus recursos.

Hace más de 60 llegó Castro a Cuba, engañó como Santos y Chaves a la población, implantó la tiranía comunista y los que pudieron, una gran mayoría, se fueron para Miami, a fortalecer la economía de Norteamérica y, a la fecha, el éxodo no termina y aquí lo sufrimos diariamente en Acandí, pues el municipio está colapsado por los cubanos que huyen del paraíso petrista, que huyen de una isla cuya infraestructura se cae a pedazos, en medio de la hambruna más espantosa, mientras los sátrapas y sus hijos se dan una vida de lujos en sus países y en Europa, como igualmente lo hace los hijos de los jefes de las guerrillas colombianas.

Fidel Castro le prometió a su pueblo, hace mas 60 años, ríos de leche y miel como igualmente lo hizo Chávez con los venezolanos, Ortega con los nicaragüenses y Petro con los colombianos y la realidad no es otra que los cubanos no han recibido sino ríos de represión, hambre y miseria, lo mismo que los venezolanos. La economía de estos últimos la destruyó Cháves, siguiendo los consejos de Petro: ¡Exprópialo pue! y aun los argentinos, empeñados en que un deconstructor ignorante los gobierne, están empezado a sus sufrir los horrores de una hambruna, pues ya no tiene ni carne y el pescado se los están robando los chinos a ellos, a los peruanos, a los ecuatorianos, a los panameños y a nosotros los colombianos con una flota pesquera que no la tiene ni una multinacional.

Se recordará como Fidel Castro vino a formar parte de la primera línea a Colombia, la que estaba empeñada en asesinar a Gaitán, a quien calificaban de fascista, siguiendo como es obvio, instrucciones de los rusos interesados en sabotear la conferencia panamericana y en derrocar al gobierno y para ello incendiaron y saquearon a Bogotá y allá estaba Fidel muy cerca de la oficina del líder liberal al momento del asesinato, como él mismo y García Márquez lo confesaron. ¿Qué estaban haciendo allá al iniciarse la revuelta? Castro disparando contra la casa de Nariño y nobel, saqueando almacenes como él mismo lo confesó, en una de sus obras, Vivir para contarla.

 Cuando Castro se apoderó de Cuba, jurando como Petro y como Cháves, de crucifijo en mano, que no era comunista y en su calidad de lacayo ruso, apuntó misiles, con ojivas atómicas, para destruir a los Estados Unidos e inició su carrera armamentista con los sobrados del oso, endeudando innecesariamente al país como lo hizo Chaves y lo continúa haciendo Maduro, con los chinos, los rusos y los iraníes, empeñados en desestabilizar la región.  El presidente Kennedy logró desmontar los cohetes, pero le faltó decisión para invadir la Isla y recuperar la democracia para el pueblo, despojando de ella a los salvajes tiranos comunistas.

Es natural que con tantos años de guerra contra la insurgencia, promovida en Colombia por Rusia y Cuba y no solo en Colombia sino en toda la América Latina pues Cuba no produce nada, absolutamente nada, salvo violencia, se hayan cometido desafueros en la guerra.  

Mírese algunos los movimientos violentos que ha creado el comunismo internacional en América Latina movimientos que la mantienen en el subdesarrollo: las FARC EP, el ELN, el M-19, el EPL, el MRP, el Quintín Lame en Colombia; el frente Farabundo Martí para la liberación nacional, del Salvador (fmln); Los Montoneros y Fuerzas Armadas en la Argentina; la denominada Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (urng); El Ejército Guerrillero De Los Pobres (egp) en Chile; el Ejército de Liberación Nacional, mrta y Sendero Luminoso y el Ejército de Liberación Nacional en el perú; el ezln en Méjico, Alfaro Vive ¡Carajo!, en el Ecuador!; el Frente Sandinista de Liberación Nacional, en Nicaragua; el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, en el Uruguay; el Movimiento Revolucionario 14 de junio en república dominicana; el Ejército Guerrillero de Tupac Katarí; Ejército del Pueblo Paraguayo; La Familia en costa rica.

El comunismo internacional consciente de que la guerra de guerrillas y la violencia salvaje que estos países desatan en la región ha sido un fracaso, decidió infiltrar el Estado (caballos de troya) para prostituir a la justicia y destruir el estado de derecho y promover invasiones de migrantes como arma de guerra, sobre todo para atacar a USA y a Colombia.

Unos de esos caballos de Troya son Petro, los nuevos parlamentarios de las FARC y un puñado de jueces gramscianos, quienes, ante todo, son comunistas criminales igualitos a los lideres cubanos, rusos y venezolanos. Aquí no hay socialismo decente como el de Israel, Dinamarca, Suecia y otros países. Aquí hay comunismo de carteles de la droga, hampa. ¿Qué ha hecho el comunismo por el país en los últimos 60 años?

 La Colombia humana es un engaño, pues no ofrece soluciones para Colombia, sino para los lideres cubanos, chinos, rusos e iranies y de humana no tiene un pelo, pues lo que piensa implantar es una tiranía como la venezolana o la cubana, al punto de que Petro afirma que necesita varios años para que se vean los frutos de su “trabajo” y no va a hacer gracias a la reelección sino a la represión y al terrorismo que lo logre, pues es un pésimo gobernante como lo demostró cuando fungió como alcalde en Bogotá.

Como mal perdedor Petro dijo que mantendría el pueblo en las calles y cumplió su promesa, pues se dedicó a promover marchas violentas, en contra del mandato constitucional que las exige pacíficas, constitución que se aprobó a instancias del M-19. Escogió como bandera para atacar al Estado a una reforma tributaria con vocación social y el desmonte del ESMAD, vieja bandera guerrillera, para garantizar el accionar criminal vandálico de su cuadros, sí que estos últimos sufran ninguna lesión, pero haciéndole caso Santos empezó a sentar las bases criminales no  solo para atentar contra ese grupo policial, que no controla por la fuerza sino a vándalos y criminales,  sino las necesarias para promover y fortalecer el terrorismo urbano y para ello él, el pornógrafo y el partido comunista crearon unos grupos paramilitares armados, los que denominaron primera línea, para atacar al común, a la policía y sobre todo para vandalizar a las ciudades en contra del mandato constitucional, grupos que en contravía  de lo dispuesto por el artículo 4 constitucional no acatan, como es su deber la Constitución y las leyes, y consecuencialmente no respetan ni obedecen a las autoridades.” (Art.4 CP). Esto es lo que promueven los parlamentarios de izquierda. 

Con otras palabras, esos manifestantes vandálicos no son ciudadanos de bien, pues incurren en rebelión, son guerrilleros. O ¿cómo llamar a unos grupos de vándalos armados de palos, piedras, explosivos, cócteles Molotov, ácidos y armas de fuego, que intentan desestabilizar y aun“…derrocar al Gobierno Nacional, o suprimir o modificar el régimen constitucional…”, para subir al poder al que diga Petro; conducta delictiva conocida como rebelión (Art 467 C.P.) ¿Para qué sale un marchante “pacifico” con un casco, un escudo, cócteles molotov y piedras, cuchillos y pistola como Michin, el gato bandido, si no es para vandalizar los bienes de la comunidad y atacar a la fuerza pública? ¿Quién puede alegar, sin reírse de nuestra inteligencia, que esos marchantes salieron a marchar pacíficamente? Nadie. Estas bestias son vándalos porque su “…actitud o inclinación es la cometer acciones destructivas contra la propiedad pública sin consideración alguna hacia los demás.”

CORRUPCIÓN TRIPARTITA DEL PODER.- Nuestra sociedad se empezó a corromper y a abandonar la democracia, para sentar las bases de un estado mafioso  que se consolidó a partir de la constitución delincuencial de 1991, promovida por los bandidos del M-19 y de ahí con la elección  popular de alcaldes y gobernadores se inició la fiesta, pues esas posiciones fueron captadas, mediante el mecanismo de la compra de votos, por grupos de delincuentes y comerciantes deshonestos, expertos en el delito de peculado por apropiación. La misma Corte falló en sus decisiones y todo ello permitió que esa politiquería se extendiera a la justicia prostituyéndola y de qué manera y los congresistas, los gobernadores y los alcaldes, empezaron a deshonrar, como Santos, sus compromisos y a convertir en basura sus promesas (hombres sin palabra) y los tres poderes se amalgamaron en un solo frente de corrupción tripartita del poder, asquerosidad que Álvaro Gómez Hurtado llamaba El régimen, que es el que actualmente maneja todo lo corrupto que sucede en nuestra patria, próxima a ser entregada a un comunismo salvaje e igualmente  corrupto, al castrochavismo de hampones, del cual forman parte, hoy en día, Rusia, Irán y China, que de moral no conocen ni la mata de mora, países que quieren anexar a Colombia a Venezuela para alcanzar sus torcidos crímenes expoliar sus recursos, como lo están haciendo en Venezuela.

Como bien lo dice el ex – magistrado José Gregorio Hernández Galindo, uno de los mejores magistrados que de la Corte Constitucional ha sido: “…Cuando sucumbe la Justicia desaparece el Estado de Derecho. Las reglas son quebrantadas; no hay valores, ni principios, ni ética. La sociedad queda desconcertada e impotentela corrupción y la politiquería se han extendido de manera alarmante en el interior del aparato de justicia y en los órganos de control…Que magistrados declaren ante sus colegas que las decisiones en materia penal se deben adoptar con criterio político y no jurídico, resultaría inconcebible si no existieran grabaciones y testimonios conocidos públicamente. Pero se trata de propuestas reales, prevaricadoras, impropias e indignas de un juez, con mayor razón si es magistrado de una alta corporación. Y lo que no sabemos es si esto se ha investigado.”

Hemos visto las reforma al régimen disciplinario de la policía, normas muy duras y conducta disciplinaria gravísimas muchas, lo único que nos llama la atención  y que aplaudimos es que uno de sus fines es el de propender por la efectividad de los principio consagrados en los tratados internacionales de los derechos humanos y en la ley, lastima que los guerrilleros que promueven esta reformas no hace nada para que sus cuadros cumplan esa normas y dejen de continuar quemando policías vivos y violando todos las normas de derecho internacional humanitario a través del accionar criminal de sus primeras líneas guerrillera urbanas.

Las penas tan altas para los ofensores, que leí en algún documento, no me convencen, pues lo único que hace desistir a un maleante de su maléfico accionar, es una prisión digna. Que obligue a los detenidos a hacer ejercicio, a bañarse diariamente, a trabajar y a estudiar y a disfrutar de una recreación sana. Una prisión en la que se respeten los derechos humanos y desde la cual sea imposible continuar delinquiendo.  Una prisión controlada por agentes del orden y no por malandros, dedicados a planear crímenes como el de robo del oro en Medellín y toda suerte de secuestros y demás felonías y ojalá prisiones internacionales de alta seguridad en islas, para asegurar narcos, terroristas y delincuentes de alta peligrosidad, panópticos que deben ser manejados por varios países.

¿Qué delitos cometen los integrantes de la primera línea con los hechos que realizan durante las protestas?  Todos: Violencia contra servidor público, concierto para delinquir, lanzamiento de sustancias peligrosas, daño en cosa ajena, terrorismo, porte ilegal de armas, uso de armas no convencionales (ácidos, explosivos, cócteles Molotov, cables de acero) y de armas de uso privativo de las fuerzas armadas, constreñimiento ilegal, perturbación del servicio de transporte público, destrucción de bienes públicos, secuestro, tortura, homicidio simple y agravado, corrupción de menores, narcotráfico. Se pasean a placer por todo el código penal.

Estos salvajes han torturado y asesinado policías en varias ciudades, como en Cali, donde una guerrillera secuestró, en un retén de la primera línea, a un policía, lo torturٗó toda la noche, quemándolo con ácido y haciéndolo gritar del dolor, lo asesinó a balazos y luego lanzó su cadáver al Río Cauca, grabó las monstruosas escenas para “educar” a los niños y los compañeros de la primera línea, ya la deben haber nombrado coordinadora en Fecode. Estos salvajes han tratado de quemar los policías vivos en las calles y en los CAI. En uno de sus puestos de control en Bogotá. Estas bestias además de atacar a las ambulancias, lapidaron a otros dos agentes, quienes no les ofrecieron la menor resistencia y asesinaron igualmente a un ingeniero con uno de esos cables mortales, típica conducta terrorista, entre otras muchas felonías, pues han: destruido ambulancias y causado varias muertes de bebés, incendiado hoteles, edificios públicos, palacios de justicia, atacado y destruido juzgados, comercios, bancos, cajeros electrónicos, notarías, oficinas de defensores de derechos humanos, semáforos, estatuas, saqueado establecimientos de comercio, destruido medios de transporte, estaciones de policía y participado, con los comunistas del denominado comité de paro, en los bloqueos criminales que le causaron al país pérdidas por más de 12 billones de pesos y la pérdida irrecuperable de algunas empresas y de distintos empleos, como la destrucción total de Transmilenio de Bogotá y del MIO en Cali, sin que se pueda olvidar que han quemado centenares de buses. Me quedo corto y por ello vale la pena hacer un inventario documentado y cuantificado de los daños y perjuicios que sufrió el país por el accionar de la bestias petristas o comunistas que es lo mismo y ello para la memoria histórica.

Y ¿es que los comunistas son la mayoría en este país? No. Y ¿acaso los de la primera línea son la mayoría de los jóvenes marchantes? Tampoco. Esas bestias en Bogotá son unos 200 jóvenes violentos y desadaptados, lo que los comunistas llaman lumpen proletario, con los que no se debe negociar. No podemos aceptar más extorsiones de las minorías.

Yo me pregunto ¿y los derechos de las mayorías que cumplimos el pacto social, quienes que hemos sido atacados en nuestra integridad física y visto perecer nuestros bienes en las vías, dónde están? ¿Quién o quiénes los defienden?

¿Dónde están los derechos humanos y fundamentales de nuestros militares y policías? ¿Desde cuándo se volvió un derecho fundamental el de marchar violentamente, en contra de lo ordenado por la constitución y el de destruir todo los que los vándalos encuentren a su paso? ¿Desde cuándo se volvió un derecho fundamental el de atacar, lesionar y aun el de asesinar policías u a otros colombianos? Recuérdese que la Sala Civil de la Corte le ordenó a la policía no usar armas para defenderse, pero no cuestionó ni ha cuestionado siquiera las armas que utilizan los agresores de la primera línea, ni ha condenado, tampoco, los crímenes atroces que estos han cometido. A mal que estamos.

Lamentablemente nuestros militares y policías no están cumpliendo con sus deberes constitucionales porque, como bien lo anota el Coronel ® John Marulanda, “…los gobiernos, ignorando la Constitución, le han cedido el juzgamiento de nuestra Fuerza Pública a jueces civiles desconocedores de las realidades operacionales, engrupidos por teorías jurídicas ajenas … y simpatizantes ideológicos de los mismos que siempre han ordenado y ordenan asesinar a nuestros uniformados.”.  Con otras palabras, esos gobiernosles pusieron a los militares y a los policías, a sus enemigos para que los juzguen, ignorando los sabios consejos del expresidente Alberto Lleras Camargo, antes transcritosles ha otorgado el privilegio natural de que sean gentes suyas quienes juzguen su conducta, y todo ello con una condición: la de que no entren con todo su peso y su fuerza a caer sobre unos ciudadanos inocentes, por cuenta de los otros”─ y, como es obvio,los integrantes de la fuerza pública no quieren pagar años de cárcel, simplemente por haber caído en manos de fiscales y jueces ideologizados y, por lo tanto fabuladores y prevaricadores y por ello todos los colombianos de bien clamamos por una revisión del ordenamiento en lo que a la justicia penal militar y policial se refiere, a la mayor brevedad.

En las democracias, que no en las dictaduras inmundas, los jueces deben estar alejados de la política y de ahí la necesidad de la autonomía, aun presupuestal, de la justicia, pues los jueces deben estar sometidos únicamente al imperio de la constitución y de la ley. El juez ideologizado prostituye a la justicia, pues cuando la política arriba a las puertas del palacio de la justicia pretendiendo que esta se venda, que se prostituya, esta asciende a los cielos.

En defensa de nuestros derechos humanos, pisoteados por los mamertos violentos y para evitar los bloqueos vandálico criminales y las marchas que tienen al país al borde de la quiebra y que dispararon el número de muertos por la pandemia, el presidente de la república ordenó la asistencia militar para una policía exhausta de constantes ataques criminales y lo único que se le ocurrió al Tribunal Administrativo de Cundinamarca fue exigirle al presidente Duque que le explicara por qué expidió el decreto 575 de 2021, que ordena asistencia militar a la Policía en Cali y en otras regiones del país.  Como que esos magistrados no vivieran en Colombia, pero se hace esa corporación la de la vista gorda, al pasar por alto, que el comité de maleantes del paro, al convocar a las marchas vandálicas, incurrió en los delitos de “Fraude a resolución judicial” (Art 454 CP) y de “Violación de medidas sanitarias” (Art 368 CP), al sustraerse al cumplimiento de la medida cautelar proferida por la honorable magistrada de ese mismo tribunal, Nelly Yolanda Villamizar de Peñaranda, quien, por razones de salud pública, aplazó las marchas. ¿Por qué no les pidió, también, esa alta corporación, explicaciones a Petro, Cepeda y a los demás promotores del paro, por esas conductas criminales? o ¿es qué las aplaude? ¿Dónde quedan el equilibrio y la imparcialidad? ¿Es que las órdenes de ese tribunal solamente obligan a Duque y no a los mamertos?

Las autoridades son para respetarlas. Necesitamos reglas del juego claras prontamente, que no las hay. ¡Necesitamos gobierno y jueces independientes en todos los sentidos!

Es indiscutible  que Petro, Cepeda, Bolívar, Maduro, Narcotalia, las FARC, el ELN, Fecode, los Comunes y los comunistas del comité de paro, saben, a ciencia cierta, que en todas las marchas que convocan va a haber actos vandálicos y criminales, en contra de los bienes del Estado, de los comerciantes, de los industriales y de los banqueros y adicionalmente ataques aleves contra la fuerza pública y aun contra la comunidad por medio de los bloqueos criminales y para que todo ello suceda, las convocan, no para protestar sino para que todo ese caos se siga presentando a ver si logran derrocar a Duque, porque están convencidos de que el país se le salió de las manos, gracias al vandalismo monstruoso que ellos promueven.

Las relaciones exteriores del Estado se fundamentan en la soberanía nacional, en el respeto a la autodeterminación de los pueblos, principio que nunca han respetado ni Cuba ni Rusia y por esa razón Colombia debe romper relaciones con esos países, enemigos de Colombia, a la brevedad no respetan siquiera la autodeterminación de los pueblos expresada en las urnas, derechos políticos que les niegan a sus propios nacionales, pues sus procesos electorales son una farsa, como acaba de suceder en Nicaragua y en Moscú, elecciones que también son una farsa en Cuba. ¡Predican pero no aplican!

Los ciudadanos de bien, los comerciantes, industriales, banqueros y campesinos queremos a nuestra Policía y a nuestro Ejército, no solo por lo que han hecho por el país sino porque representan, la espada de la justicia, hoy despreciada por la “justicia” politiquera, no obstante que prometió protegerla.

2. ¿Quién responde patrimonialmente por los saqueos y daños a los bienes públicos y privados?

Pues las compañías de seguros si el comerciante o el propietario del vehículo cuenta con un seguro  que  cubra el riesgo de vandalismo o terrorismo  salvaje y si no tuviere esa póliza y si la víctima cree que se presentó una falla en la prestación del servicio de vigilancia y de protección por parte del Estado que permitió el accionar salvaje de las Petro bestias y su demanda de reparación directa tiene por objeto que se declare que la nación y la policía nacional son responsable del  incumplimiento de las obligaciones a su cargo, no hay duda de que solicitar la declaratoria de esa falla, es el mecanismo idóneo para asentar la responsabilidad patrimonial de naturaleza extracontractual del Estado, como lo ha sostenido el Consejo de Estado, pero el tema es bien complejo, pues son muchas las variables que tiene en cuenta la jurisdicción para fallar. Con otras palabras, cada caso debe consultado por el interesado con un abogado experto en este tipo de proceso contenciosos, pues ni los jueces se han puesto del acuerdo sobre esta materia.

3. ¿Cómo debe ser el actuar y la preparación de la policía nacional para que sea respetada por la comunidad?

Gracias a Dios no estamos en Cuba donde no se puede hablar siquiera, sino en Colombia donde, hasta ahora, se permite pensar diferente. En mi opinión la mayoría de los policías actúan bien y si bien es cierto que hay manzanas podridas, no es menos cierto que en la jurisdicción también las hay (cartel de la toga), en el congreso (¿se les ocurre algún ejemplo?) y en la rama ejecutiva (Piensen en Petro y en los Morenos) también las hay y bien podridas.

Ahora bien, para el caso del ejército y de la policía no sobran las reformas y las normas que los obliguen a ajustar sus procederes a las normas internacionales sobre derechos humanos, pero también debe permitírseles a estos, el ejercicio de su legítima defensa cuando les corresponda enfrentar combatientes salvajes como los de la primera línea y, por lo tanto, las leyes que reformen la institución deben reglamentar el uso de las armas de fuego de una manera clara y precisa, no ambigua. Un policía o un soldado no tiene por qué permitir que una turba de guerrilleros y terroristas urbanos o cualquier otro colombiano los asesinen o los quemen vivos.

Con otras palabras, a quien sostenga en una mano, una granada, un coctel Molotov, una botella con ácido o un arma blanca o de fuego, se le debe dar de baja de manera inmediata. Los que enfrenten las armas de las República debe ser sometidos por estas.

Los guerrilleros de la primera línea cada vez que asesinan a un colombiano o a un miembro de la fuerza pública, se defecan, como Petro, en la constitución política, se transforman en jueces de única instancia en lo penal y le aplican a sus victimas la pena de muerte inconmutable y no recurrible y en verdugos, para luego poner a Cepeda a que grite que no los toquen, que son unos angelitos. Con otras palabras, señores incongruentes: yo no pido para ellos, para estos guerrilleros de la primera línea, sino los que los rusos, los chinos, los cubanos, los venezolanos o los nicaragüenses, esos grandes «defensores» del DIH, les hacen a los que atacan a sus fuerzas armadas o de policía.

Ahora bien, los policías deben ser respetados como los jueces y los demás servidores públicos, no solo por sus acciones sino porque es el deber constitucional de los ciudadanos respetarlos y acatar sus órdenes y la mayoría de los ciudadanos así lo hacemos, pero hay una campaña internacional de la izquierda, patrocinada con recursos multimillonarios del narcotráfico y de naciones comunistas y con el apoyo de los mamertos de la ONU, para politizar (prostituir) y desacreditar a los servicios de policía de occidente, pero sin tocar en ningún caso a las policías de los países comunistas, las más salvajes.

Ese reconocimiento y ese respeto popular solo lo lograrán nuestro Ejército y nuestra Policía, cuando el país tenga educadores responsables y no malandros de FECODE, enemigos del Estado y de sus instituciones al servicio de las ideologías de las guerrillas marxistas, dirigidas por el castrochavismo.

Lo logrará cuando el país cuente con unos verdaderos educadores que les enseñen a los niños a respetar a sus instituciones y no con el pésimo ejemplo que les dan sus maestros,  el ser unos vagos ideologizados, unos mantenidos que no solo NO cumplen con sus obligaciones contractuales sino que se roban los salarios de su empleador, del Estado, y quienes de paso delinquen haciendo paros para reforzar la campañas politiqueras de uno de los ejecutivos de su federación política radical de izquierda, de la federación de comunistas deconstructores o destructores, más bien, de la educación (FECODE); “educadores”, quienes, de la manera más ruin, ideologizan a nuestros niños en el odio, al punto de enseñarles que los policías son malos y que por ello hay que asesinarlos. Hay que perfilar a los malandros que corrompen a nuestra juventud con esas enseñanzas, como lo hacen en todos los países socialista, sin excepción alguna.

Son los padres de familia los que deben educar a sus hijos, pues en las democracias los niños no son del Estado, como lo pretenden los dogmáticos mamertos, los adoradores del comunismo internacional. A los profesores les corresponde instruirlos: enseñarles matemáticas, historia, geografía, ciencia, a hablar otro idioma, a leer, a pensar, pero en materia educativa, como los sostiene el presidente Duque “… no se pueden seguir preceptos de ideologización, porque esto destruye la búsqueda inequívoca de la verdad, y para eso es que existe la academia, para que haya una búsqueda inequívoca de la verdad y no tratar de utilizar la educación como un factor de presión o de orientación de carácter político”. Lo demás es comunismo, es aceptar dogmatismos lo cual es ajeno a un pensamiento liberal y libertario.

Ludwig Feuerbach, en su obra El fin de la filosofía clásica alemana, escribió “…en cambio los alemanes, profesores en cuyas manos ponía el estado la educación de la juventud; sus obras, libros de texto consagrados; y el sistema que coronaba todo el proceso de desarrollo, el sistema de Hegel, ¡elevado incluso, en cierto grado, al rango de filosofía oficial del estado monárquico prusiano! ¿era posible que detrás de estos profesores, detrás de sus palabras pedantescamente oscuras, detrás de sus tiradas largas y aburridas, se escondiese la revolución? Y precisamente es detrás de los profesores de FECODE que se esconde la revolución cubana, la del odio y la violencia, la de patria o muerte y no la de la patria y vida que en la isla del horror se reprime y ello lo sostengo porque en Colombia “…Hay padres de familia que hacen denuncias muy serias en cuanto a que…” los profesores de FECODE “… no sólo no dan clase sino que están adoctrinando a los niños y los obligan a marchar. Hay una violación al derecho a la educación y al libre desarrollo. No está bien que los estén ideologizando, los profesores utilizan las plataformas para hacer adoctrinamiento.” ¿Qué tal los videos del psicópata de carro loco en Medellín?

http://www.aldianoticiasconjohndidier.com/2021/06/10/padres-de-familia-adelantaran-acciones-legales-contra-maestros-de-fecode-copae/

Y algo que es más grave, el profesor Moisés Wasserman expresó:“…muchas instituciones de formación de maestros han ideologizado su educación, no de izquierda y derecha, eso es insignificante, la han ideologizado en un sentido casi posmodernista. Siento en las escuelas de formación una aversión hacia la ciencia y una displicencia hacia las matemáticas”. ¿Qué será de los niños colombianos en manos de estos malandros? ¿alcanzaremos la meta de Petro y del comunismo internacional la de tener un país de burros y de ignorantes?

Finalmente voy a terminar con una pregunta que me surgió de una columna de Gabriel Silva Luján, denominada constitución de 1991 la tarea pendiente:

Veamos: Silva Lujan asegura:  “…En el caso de Colombia, después de la larguísima vigencia de la Constitución de 1886, y ante la incapacidad de ese régimen de evolucionar (por su particular autoritarismo y resistencia a la reforma), las circunstancias históricas obligaron a un replanteamiento profundo. Un Estado a punto de colapsar, una democracia considerada inviable, con el narcoterrorismo y la violencia desatados, no podía sobrevivir sobre las mismas bases institucionales de hacía cien años. De allí surge la Constitución de 1991…”

¿Debemos volver a la constitución de 1886? Yo creo que sí, pues hoy estamos mucho peor que en 1991.