UNIVERSIDAD, BAJO ATAQUE DE CORRUPTOS, LE LANZA UN S.O.S A LA MINISTRA DE EDUCACIÓN

Este año ya no formo parte de la consiliatura de la Universidad de Medellín, pues fui reemplazado en ella como consiliario, por el jurista Carlos Eduardo Naranjo Flórez, hijo del doctor Fabio Naranjo Ochoa, uno de los más distinguidos y queridos profesores y fundadores de nuestra casa de estudios.

Ahora bien, como el ex rector Néstor Hincapié Vargas, su compañera, la ex presidenta Aura Marley Arcila Giraldo, quien, gracias a Dios, ya perdió, en primera instancia, su calidad de concejala de esta ciudad y el ex rector encargado César Guerra Arroyave, personajes de tan ingrata recordación, continúan tratando de volver a hacerse al control del claustro, para lo cual desinforman permanentemente a la opinión, me veo en la necesidad de informarle, a la comunidad universitaria, que no es cierto que el doctor Federico Restrepo Posada, el rector de la universidad, esté enfermo, pues me informan que ello no es cierto,  pues desde la semana pasada, lo vieron presidiendo varios consejos primarios y téngase en cuenta, además, que los estudiantes aún no han iniciado actividades.

Tampoco es cierto que pérdida económica alguna pueda atribuírsele a la gestión de Restrepo Posada y lo digo con conocimiento de causa, pues los descalabros, que si se dieron, se deben a las pésimas y abusivas gestiones de Hincapié Vargas y de Guerra Arroyave, las que debe investigarse, a la brevedad, no solo por el MEN sino por la Fiscalía, dadas las gravísimas irregularidades que afloran de algunas experticias o auditorias contables externas. ¡Amanecerá y veremos!

En cuanto a que la concejala Aura Marleny Arcila Giraldo citó a la asamblea, para reelegir a un nuevo revisor fiscal, he de manifestar que ello no pasa de ser un atropello de alguien que asume como suele hacerlo, a las patadas, competencia que no le corresponde, pues la consiliatura aún no se ha integrado siquiera y ella, Arcila Giraldo, estatutariamente y en armonía con el reglamento interno del Senado, que lo es el del Congreso, no puede asumir, como asumió, de facto, la presidencia de la corporación, para citar a una asamblea extraordinaria y mucho menos para evitar que se nombre presidente de la universidad para ejercer ella el cargo hasta que San Juan agache el dedo, cuando debiera declararse impedida para ejercerlo, razón por la cual tanto ella como su compañero deben ser investigados por la Procuraduría, pues no puede olvidarse que la universidad presta un servicio público esencial por delegación, el de educación superior y que contra su compañero pesa un proceso penal por falsedad ideológica y contra ambos, hasta donde me alcanza, un investigación en el MEN.

Es más, no veo el afán de convocarla, pues llevamos, en la práctica, más 20 años sin revisoría  fiscal y sin que la comunidad universitaria pueda olvidarse de que en la última asamblea de egresados (Grupo de los 100), la de finales del año pasado y para desatender una orden de la doctora Gina Margarita Martínez Centanaro, la Subdirectora de Inspección y Vigilancia del Ministerio de Educación Nacional, quien dispuso que la susodicha asamblea debía oír al estudiante German Arenas Betancur y votar una reforma estatutaria, adecuando los estatutos del claustro, en la forma en que lo mandan el artículo 68 de la constitución política y el Decreto 1075 de 2015, normas de vieja data, que, en síntesis apretada, mandan que  “La comunidad educativa participará en la dirección de las instituciones de educación” (Art 68 CP) y que las normas internas deben contemplar la representación, por lo menos, de un profesor y de un estudiante en la Junta o en el consejo superior universitario  o en el organismo que haga sus veces (consiliatura),  el malhadado exrector Néstor Hincapié Vargas y la expresidenta Arcila Giraldo para no repetir la votación para la elección de revisor fiscal, que fue ordenada por la asamblea y principalmente para no oír las palabras del estudiante, pisotear la constitución y la Ley y para que solo imperara su voluntad, pésimo ejemplo para los discentes, tocaron retirada y destruyeron el quorum, pues se negaron a permitir que los profesores y estudiantes, unos “¡#!&X%”, si usamos las palabras  que suele usar Hincapié Vargas,  puedan llegar interferir en su tarea, la de recuperar para su directorio politiquero, para sus  familiares y amigotes el  control de la universidad, con la que pretenden seguir festinando.

Ministra, que pena con usted, pero claramente su despacho omite el ejercicio de sus funciones de vigilancia y control y ello lo digo como miembro de la corporación, pues nuestra casa de estudios necesita con urgencia a los representantes de los profesores y de los estudiantes en el consejo superior universitario o consiliatura de la Universidad de Medellín, como lo mandan la Constitución y la Ley. Si es del caso encargue a un profesor y a un estudiante como representantes delegados suyos de estos grupo ante la consiliatura, mientras la asamblea de irresponsables reforma los estatutos y ordena la convocatoria de estudiantes y profesores, para que elijan a sus representantes ante ese cuerpo colegiado y ello para no lesionar los derechos constitucionales fundamentales de docentes y discentes y con miras a evitar que los siniestros personajes sigan metiéndoles palos a las ruedas de la administración y al futuro de los discentes, menos  favorecidos por la fortuna. ¡Dios la ilumine!